"Stalked": Cuando 30 segundos se convierten en cuatro años de acoso digital implacable


Hannah Mossman Moore, entonces de 23 años, vivió lo que debería haber sido su primer gran triunfo profesional: fue seleccionada como la primera empleada de una emergente marca de joyería y participó en la prestigiosa London Fashion Week. Un encuentro fugaz con un hombre elegante, llamado Kin Hung, bastó para cambiar por completo su vida. Lo que comenzó como una amistad acabó desencadenando una pesadilla digital que duró cuatro años.
El rostro digital del acoso
Hannah fue víctima de una campaña de acoso cuidadosamente orquestada, llena de manipulación psicológica y ciberatemorización:
Recibía abusos en su correo y teléfono, con mensajes denigrantes y amenazantes que hablaban de su cuerpo de forma sexualizada y humillante. En algunos casos, incluso llegaron a crear falsos anuncios que la atribuían servicios sexuales, hechos circular por cuentas como "Premium Escorts".
Su privacidad fue violada sistemáticamente: su móvil fue saboteado repetidamente, impidiéndole comunicarse o regresar a casa; además, su familia también fue acosada mediatamente.
La justicia invisible
Aunque recogió toneladas de pruebas, desde perfiles falsos hasta capturas de mensajes y correos amenazantes —que entregó personalmente a la policía—, las autoridades apenas actuaron. El caso fue cerrado bajo el argumento de "dificultades probatorias".
Periodismo como último recurso
Gracias al podcast "Stalked" de la BBC, la historia de Hannah salió a la luz: un trabajo periodístico profundamente humano que reunió a expertos —forenses lingüísticos del FBI, analistas de datos y psicólogos especializados— para desenmarañar la trama vengativa que había destrozado su vida. Identificaron patrones de escritura comunes y vínculos con Kin Hung, a quien consideran el posible autor del acoso. Él lo niega.
Un fenómeno estructural
Este caso no es una excepción: el stalking digital es un fenómeno en expansión, facilitado por la facilidad para espiar, manipular y acosar gracias a las redes sociales. Según estadísticas del Reino Unido, 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 11 hombres ha sufrido stalking. Solo el 6,6 % de los casos denunciados llegan a una acusación, y apenas el 1,4 % se traduce en condena.
Conclusión del Observatorio
La historia de Hannah demuestra la urgencia de una mirada distinta hacia el acoso digital: como acto criminal, no como molestia privada. El Observatorio de Defensa Digital sostiene que:
El acoso online debe ser tratado con prioridad y recursos especializados, no como un trámite administrativo.
Las plataformas deben implementar mecanismos reales de protección proactiva, en lugar de depender solo de la denuncia.
Las víctimas merecen acompañamiento legal, psicológico y técnico desde el primer momento: el silencio no debe significar invisibilidad.
Cada caso de acoso digital no solo invade la intimidad: destruye la tranquilidad, erosiona la autoestima y convierte la vida cotidiana en un campo de miedo constante. No hablamos solo de mensajes o perfiles falsos: hablamos de un ataque emocional profundo que genera ansiedad, aislamiento y, en muchos casos, silencio. Esa es precisamente la fuerza de los acosadores: que las víctimas se sientan solas e indefensas.
En el Observatorio de Defensa Digital trabajamos para romper ese silencio, acompañar a las personas afectadas y demostrar que la defensa de lo humano en la era digital empieza por no dejar a nadie solo frente al acoso.
Observatorio de Defensa Digital
Protección del ciudadano frente a los abusos digitales.
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